El próximo 30 de octubre, la comunidad científica mundial centrará su atención en el cometa 3I/ATLAS, un cuerpo celeste proveniente de fuera de nuestro sistema solar que se acercará a unos 270 millones de kilómetros del Sol, justo dentro de la órbita de Marte.
De acuerdo con la NASA, este cometa es el tercer objeto interestelar confirmado —después de ʻOumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019)—, y no representa ninguna amenaza para la Tierra. Su órbita hiperbólica confirma su origen más allá de nuestro sistema solar.
Un hallazgo que amplía los límites del conocimiento
El 3I/ATLAS fue detectado por el telescopio de sondeo ATLAS, ubicado en Río Hurtado, Chile, como parte del Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides financiado por la NASA.
Desde entonces, observatorios de Estados Unidos y otros países han recopilado datos que permiten reconstruir su trayectoria, con registros que se remontan al 14 de junio de 2025.
Los astrónomos estiman que el cometa reaparecerá en el otro lado del Sol a principios de diciembre, lo que facilitará nuevas observaciones y permitirá obtener datos más precisos sobre su composición y comportamiento.
Visibilidad y valor científico
Según Erick Meza, investigador principal de la Agencia Espacial del Perú (Conida), el cometa podría ser visible con telescopios de aficionados, e incluso a simple vista desde lugares con cielos despejados, durante los próximos meses.
Su máxima aproximación a la Tierra se espera en abril de 2026, a unos 240 millones de kilómetros, una distancia totalmente segura.
“Este hallazgo representa una oportunidad científica única para estudiar material interestelar sin precedentes”, señaló Meza. “Ofrece una ventana directa hacia los procesos de formación y evolución de otros sistemas planetarios”, añadió el científico peruano, quien ha sido reconocido por la comunidad internacional al dar su nombre a un asteroide.
Misión científica y legado
Aunque no existe una misión espacial para interceptarlo, el descubrimiento del 3I/ATLAS refuerza la relevancia de proyectos como el “Interceptor Cometario”, una iniciativa conjunta de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) que busca estudiar objetos interestelares en futuros encuentros.
El seguimiento del cometa por telescopios como el Hubble y el James Webb promete revelar información valiosa sobre los componentes primitivos del universo y la evolución de los sistemas planetarios.




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