El pasado lunes, alrededor de las 11:40 de la mañana, un enorme bloque de roca se desprendió del cerro y cayó sobre la Institución Educativa N.° 54372 Santa Cruz, ubicada en la comunidad de Ayllasana, distrito de Tapairihua, provincia de Aymaraes.
El impacto destruyó parte del techo del colegio —construido con aulas prefabricadas hace más de 15 años— y provocó momentos de pánico entre los estudiantes y docentes que se encontraban en plena jornada escolar.
Afortunadamente, no se registraron víctimas, aunque la roca cayó a escasos metros de la dirección del plantel, lo que pudo haber causado una tragedia.
Según los padres de familia, la institución fue declarada inhabitable hace varios años, pero la UGEL Aymaraes no gestionó la construcción de un nuevo local, a pesar de conocer el riesgo que representaba la ubicación del colegio.
Tras el accidente, personal del Programa de Reducción de la Vulnerabilidad y Atención de Emergencias por Desastres (PREVAED) acudió al lugar, pero su visita fue considerada meramente protocolar, sin ofrecer soluciones inmediatas ni medidas de seguridad.
Actualmente, los estudiantes continúan sus clases en la antigua capilla del pueblo, en condiciones precarias. Padres y docentes exigen respuestas urgentes y denuncian la falta de gestión, desinterés e ineficiencia de las autoridades educativas.
“Nuestros hijos corren peligro todos los días y nadie hace nada”, expresaron los padres indignados.
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