Un presunto caso de abuso policial ha generado preocupación e indignación en la provincia de Quispicanchi, región Cusco. Tania Condori, vecina del distrito de Oropesa, denunció públicamente haber sido víctima, junto a su esposo, de una violenta agresión física presuntamente cometida por tres efectivos policiales vestidos de civil, en presencia de sus tres hijos menores de edad.
El hecho ocurrió la noche del lunes 28 de julio, aproximadamente a las 9:50 p.m., en la intersección de la avenida Primavera con Pata Calle. Según el testimonio de la denunciante, un vehículo que circulaba a alta velocidad estuvo a punto de impactar a su familia. Ante el reclamo, descendieron dos ocupantes del vehículo, seguidos minutos después por una tercera persona proveniente de otro automóvil. Todos, según relata Condori, serían policías fuera de servicio y en aparente estado de ebriedad.
“Me golpearon sin piedad frente a mis hijos. Estoy lesionada, no puedo caminar. Mi esposo fue agredido brutalmente, mientras nuestros niños lloraban aterrados”, señaló la ciudadana.
Pese a haber realizado la denuncia correspondiente y presentar un video como prueba, la madre asegura que no se ha tomado ninguna medida contra los agresores, presuntamente identificados como miembros de la Policía Nacional. Asimismo, denunció que en la comisaría de Oropesa no recibió el respaldo adecuado y que su caso no ha sido atendido con la seriedad que requiere.
Tania Condori ha solicitado una investigación inmediata y una sanción ejemplar para los responsables. Además, ha pedido la intervención de instituciones de protección de derechos, dado el daño emocional ocasionado a sus tres hijos, de 8, 5 y 1 año, quienes presenciaron toda la agresión.
Su testimonio ha comenzado a viralizarse a través de redes sociales, acompañado de una carta pública dirigida a las autoridades, en la que exige justicia para su familia.
Hoy 31 de Julio, los 2 policías indentificados como Alejandro Andy Ampuero Ortega (37) y Verónica Asunta Ampuero Ortega (35) fueron pasados al retiro por cometer una falta disciplinaria grave. La medida se tomó por su mala conducta y por agredir a una pareja en presencia de sus tres hijos menores.
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